lunes, 22 de noviembre de 2010

"Estar en el momento justo", Manuel Pérez Gil

En la asignatura de Comunicación y Mercado de trabajo a la que asisto, el viernes pasado tuvimos una visita muy interesante. Se trató de Manuel Pérez Gil, licenciado en Derecho y actual responsable de Recursos Humanos en la conocida FNAC. Manuel nos dió alguna que otra pauta a seguir y a no seguir en nuestra futuras entrevistas de trabajo.

Al igual que ya habíamos hablado antes, nos comentó cómo debíamos preparanos la entrevista de trabajo. Hizo incapié en la importancia de crear perfiles determinados a la hora de elaborar nuestro currículum. Con esto quería decir que, dependiendo del trabajo al que optamos debemos aportar una determinada información sobre nosotros u otra. Y lo más imporante como él dijo, es que el currículum no es un libro de logros; es decir, no tratemos de echarnos muchas flores porque no daremos buena imagen sobre nosotros mismos.

Me pareció muy interesante cuando nos habló de la entrega de los currículums. En muchas ocasiones las personas entregan el currículum en determinado sitio, teniendo la mala suerte que en ese momento no disponen de ningún puesto vacante. Por ello, yo me quedo con la frase de Manuel "Hay que estar en el momento justo, en la ocasión adecuada". Se trata de oportunidades que se presentan por casualidad, como comento él el caso de la chica experta en música clásica y justamente había una plaza para un perfil así.

En cuanto a estar en la ocasión perfecta también decir, que hay que ser "pesados". Serlo en el buen sentido de la palabra, es decir, enviar el currículum en repetidas ocasiones. Cuando se envían se van amontonando en los cajones si en ese momento no hay puestos vacantes, por ello hay que enviarlo de nuevo, hasta aparecer en el instante idóneo para que te contraten. 

Por último también me llamó la atención la anécdota que nos contó sobre la entrevista de trabajo con el "trabajador de la construcción". Nos contó que tenía fijada una entrevista con un "obrero" que no le daba tiempo a pasar por casa antes de la entrevista. Cuando lo estaba esperando apareció un señor que "llevaba pintas de obrero" entonces Manuel le pregunto que qué tal la obra, a lo que este respondió con cara de sorpresa. Resultó que no era el trabajador al que estaba esperando, sino otro candidato que no supo ir en las condiciones adecuadas. Me pareció algo muy gracioso. Con esto nos hace pensar que es necesario acudir a la entrevista vestido adecuadamente, no necesariamente con la camisa y la corbata pero sí algo formales.

Creo que esta experiencia narrada desde la primera persona de Recursos Humanos, nos acerca un poco más a la realidad de las cosas y a cómo sería realmente una entrevista. Como diría Manuel, "los entrevistadores también somos personas y no nos vamos a comer a nadie".

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